Manuel Leyes

«Vale la pena pelear por los sueños»

TomBlack: ¿Quién es Manuel Leyes?

Manuel Leyes: buena pregunta…(Se ríe) Ante todo soy médico de vocación. Desde pequeño siempre quise ser médico. Mi padre era médico, mi abuelo era médico..En mi casa, en mi familia siempre se ha vivido la medicina y yo, influenciado mucho por la familia, me dediqué a la medicina. Afortunadamente creo que he acertado, es una profesión que me gusta mucho.

Me he dedicado a la traumatología, y dentro de la traumatología sobre todo al deporte. Todo tipo de lesiones que afectan al deportista. Es una medicina especial porque realmente no estoy en contacto con gente muy enferma. Nosotros tratamos fundamentalmente gente sana que tiene un percance , se lesiona y habitualmente después del tratamiento se recupera. Es una medicina muy agradecida, constantemente solucionamos problemas y mejoramos la calidad de vida de los pacientes.

A parte de médico, soy esposo, padre de familia, y más cosas (Se ríe). Básicamente soy una persona que se considera afortunado porque he elegido una profesión que me gusta, trabajamos mucho pero disfrutando y eso, no tiene precio. Busca algo que te guste porque será mejor la vida así.

TB: Hay una palabra sobre ti que se repite mucho: “profesionalidad” ¿Qué significa para ti?

M.L: Bueno en mi trabajo en concreto, yo creo que profesionalidad es tratar a la gente como te gustaría ser tratado. Hay un factor muy importante en todos los ámbitos de la vida, pero sobre todo en la medicina y es la honestidad. El paciente debe saber que realmente tu prioridad es él. La medicina no es ni debe ser un negocio. El paciente viene a ti y deposita su confianza, debe saber que le vas a tratar con rigor y honestidad. Esto se presupone pero últimamente no siempre ocurre…Veo muchas segundas opiniones y creo que lo que más valora el paciente es la honestidad y eso, al final, es profesionalidad.  

TB: Y estarás estudiando y actualizándote constantemente, ¿No?

M.L: Si, si..Pedro Guillén que es uno de mis maestros, siempre dice: “el que cada día no es mejor pronto deja de ser bueno” y en medicina es así. Los conocimientos que son útiles ahora en pocos años muchos quedarán obsoletos.  Tienes que estar constantemente actualizándote.

TB: En cuanto a la profesionalidad… ¿Se aprende?

M.L: Bueno, hay cosas que tienes que traer de casa. La educación de tus padres y familia son fundamentales. Pero es verdad que si te rodeas de bueno maestros…En medicina se aprende mucho con el ejemplo. Trabajar con gente que sigue esos principios y que demuestran en el día a día con su trabajo la forma de hacer las cosas. Si tienes la suerte de haber estado a su lado, eso te ayuda mucho. Yo de hecho empecé la carrera de traumatología, primero porque me gustaba mucho, pero también por un maestro que tuve, Jose Cañadel, que en paz descanse, que era un ejemplo de trabajo y profesionalidad. Después en EEUU me encontré con otra persona, con el mismo perfil, John Bergel. Una persona muy generosa y muy buena que también me sirvió de guía. Y ya una vez en España con Pedro Guillén que es un ejemplo de trabajo. Quizá la persona que conozco que más trabaja y más ha trabajado.

TB: Y estarás estudiando y actualizándote constantemente, ¿No?

M.L: Si, si..Pedro Guillén que es uno de mis maestros, siempre dice: “el que cada día no es mejor pronto deja de ser bueno” y en medicina es así. Los conocimientos que son útiles ahora en pocos años muchos quedarán obsoletos.  Tienes que estar constantemente actualizándote.

TB: Estuviste mucho tiempo viviendo en Estados Unidos, ¿Por qué te fuiste?

M.L: Los médicos tenemos una ventaja sobre el resto de las profesiones y es que nuestros conocimientos son aplicables en todo el mundo. La gente se rompe los huesos de la misma forma en España, Australia… Estados Unidos tiene una ventaja y es que al tener un alto grado de especialización para formarte en aspectos muy concretos de la medicina, probablemente sea el mejor país del mundo. Allí hay hospitales en los que los médicos se dedican a una cosa muy concreta y adquieren una experiencia que los convierte en los mejores. Además de los recursos. La inversión que se dedica a la medicina es mucho mayor que en el resto del mundo. Es un muy buen sitio para formarte.

TB: Si en el momento que estabas en EEUU te hubieran dicho que unos años más tarde ibas a tener a un deportista de élite en tus manos, ¿Qué habrías pensado?

M.L: Bueno, un poco era una consecuencia lógica de la formación. Cuando me fui a EEUU fue para hacer una especialización en traumatología del deporte en un centro puntero en uno de los tres mejores hospitales de EEUU. En aquella época atendíamos ya a los mejores deportistas de la ciudad. Tres equipos profesionales como los Cleveland Cavaliers, Cleveland Browns y los Cleveland Indian de Baseball. Tratar al deportista de élite era lo rutinario. No te sorprendía. Si que es verdad que cuando vuelves a tu país no es fácil atender a deportistas de élite.

TB: ¿Te acuerdas del primer deportista que operaste?

M.L: En España, quien me “abrió” el camino fue Juan Martín Díaz. El mejor jugador de pádel del mundo. Aunque es un deporte que no es tan mediático, Juan Martín es un auténtico número uno, el mejor jugador de la historia. Y a partir de ahí, empezaron a llegar los demás: Alberto Contador, futbolistas, Carlos Sainz. Por decirte algunos, que puedo decirte porque es público y ha salido publicado. Algunos no quieren salir y yo tengo que guardar el secreto profesional. Nuestra práctica diaria cambió con Alberto Contador. En el momento en el que Alberto se cae en el Tour de Francia y se lesiona. Alberto es muy conocido y muy mediático. Un excelente deportista y mejor persona.

TB: ¿Hablamos de milagros si pensamos en el caso Contador?

M.L: Bueno en realidad yo no diría que es un milagro. Primero hablaría de la capacidad increíble que tiene Alberto Contador. Alberto tenía una lesión importante en la rodilla, muchos hubieran tirado la toalla, muy poco tiempo para prepararse para la Vuelta.

La gente tiene que entender que hay una selección natural. El que llega a ese nivel en el deporte es distinto que el resto de la gente. Muchas veces te dicen : ¿Cómo es posible que hayas operado a este jugador de fútbol y ahora esté jugando? Y es que son distintos. Ellos han llegado allí por selección natural. Tienen una capacidad de sacrificio mejor que la nuestra, un físico mejor y la mayoría tienes más medios, como un fisioterapeuta 24 horas. Pero ellos en sí son distintos. Por eso se recuperan. Y Alberto Contador en eso es un ejemplo. Tiene una capacidad de sacrificio y una voluntad que es excepcional.   

TB: ¿Y que supone saber que tienes en tus manos el motor de trabajo de una persona?

M.L: Yo creo que es importante primero saber que al final es un paciente con su lesión y olvidarte un poco de las implicaciones externas a la lesión. Es muy importante también rodearte de gente muy buena. Que cuentes con gente en la que tengas confianza plena, gente muy bien preparada, muy bien formada. Porque eso te ayuda también a soportar la carga. Si vas a operar a un deportista de élite tienes que saber que vas a tener mucha presión por parte de los medios. El saber que cuentas con los mejores a tu lado te quita mucho peso y te da mucha tranquilidad. Después al final, en el momento en el que estás en quirófano y te enfrentas al problema, a la lesión…todo lo demás desaparece. Te centras en hacer tu trabajo, hacerlo bien y te olvidas por completo de si es un jugador, eso pasa a un segundo plano.

TB: Imagino que no siempre salen las cosas como uno espera…en ese caso, ¿Cómo se prepara uno para comunicarle a una persona de este nivel que no va a poder competir en el tiempo esperado?

M.L: La clave es que el paciente sea consciente de tu entrega. De que tu estas dedicado, de que lo has intentado hacer lo mejor posible. Si después las cosas no salen bien, por lo menos que no tenga ninguna duda de que tú has hecho todo lo posible. Generalmente el paciente eso lo entiende. Incluso algunos de los pacientes más agradecidos, son los que no han ido bien pero has estado a su lado hasta el final y les has ayudado en todo.

Eso es muy importante, la medicina no es una especialidad en la que puedas garantizar los éxitos. Hay muchos factores que no controlamos e incluso algunos dependen de la suerte. Entonces si el paciente detecta que hay un compromiso por tu parte, normalmente lo aprecia.

TB: En el trabajo siempre llevas bata imagino…¿Lleva camisa y corbata debajo?

M.L: ¡Sí! ¡Siempre!

TB: ¿Y por qué?, ¿Siempre elegante?

M.L: Yo creo que la imagen es importante para el médico. En mi familia y en los sitios en los que me he formado siempre hemos vestido con camisa y corbata. Transmites seriedad y profesionalidad. Me gusta cuidar mi imagen y transmitírselo al paciente.

La impresión es muy importante. Hay una cosa muy importante en la relación médico-paciente que no ocurre en otras profesiones. Por ejemplo, si fuésemos empresarios y nos conocemos por primera vez, no nos abriríamos como se abre un paciente. Un paciente se abre al médico y le cuenta su problema, buscando su ayuda, depositando su confianza. Con lo cual, creas un vínculo estrecho en un periodo de tiempo muy corto. Lo mismo ocurre con la familia del paciente. El médico establece relaciones fuertes con gente que no conocía en un periodo muy corto de tiempo.

TB: ¿La camisa y la corbata, como te gustan?

M.L:Yo soy clásico. Las corbatas lisas, corte clásico y si puede ser azul marino. Y con la camisas igual.

Las conferencias las damos siempre con traje. Y tengo algunas corbatas que son “fetiche”. Muchas veces pienso: la conferencia más importante del año la he dado con esta corbata y me ha ido bien…(se ríe) Son pequeñas manías.

TB: ¿Una prenda que no falte en su armario?

M.L: Un traje azul marino

TB: ¿Qué consejo le daría a una persona que esté luchando por hacer lo que le gusta?

M.L: Que pelee por conseguirlo. Al final te pasas la mayor parte de tu vida trabajando por lo que si consigues trabajar en lo que realmente te gusta, un aspecto muy importante de tu vida lo vas a tener resuelto. Vas a ser feliz al menos en el tiempo que estés trabajando. Pero sobre todo, vale la pena pelear por los sueños. No hay que conformarse. No hay porque conformarse haciendo algo que no te gusta.

Y otro consejo que le daría es que el mundo cada vez es más pequeño. Muchas veces por dar prioridad a la comodidad, pierdes oportunidades buenísimas. Aprovecha, viaja, conoce mundo e intenta trabajar donde y en lo que te guste.